Muchas ideas, pero poca acción. Mucha mente y poco cuerpo. Una combinación para la autodestrucción.
Hace un par de meses que vivo con la angustia de no hacer suficiente. Tengo mil ideas para cambiar el (y mi) mundo, pero estas solas son como el gas saliendo de la hornilla sin parar. Te envenenan.
He estado sobrepensando qué hacer para tener más motivación, más inspiración y, una de las palabras que más odio, más productividad. He visto videos en YouTube. He escuchado podcasts. He visto documentales. Nada termina de chispear tan fuerte como para encender el fuego.
Hoy recordé cuando Ron, Hermione y Harry (Si, Ron no es mi favorito) están buscando la Piedra filosofal. Para encontrarla, necesitan atravesar diferentes cuartos hechizados. Específicamente me puse a pensar en el que contiene el “Lazo del Diablo”. Una planta tipo enredadera que mientras más te mueves, más te estrangula. Y, eventualmente, te mata.
Harry y Hermione logran permanecer calmados, pero Ron no. Finalmente, Hermione no tiene de otra y termina utilizando un hechizo para que la planta suelte al, en absoluto pánico, pelirrojo.
Quizás soy Ron. Quizás somos Ron. Me voy a arriesgar: Quizás somos la generación que no puede permanecer en calma.
Nos hemos creído el cuento de que mientras más hagas, más vales. Ser productivo y generar más dinero es la receta. Me pongo a pensar, ¿realmente es eso? Que yo sepa, los moribundos al final se arrepienten más de no haber estado con sus amigos y familia.
Este mes voy a aceptar el estancamiento y su incertidumbre. Pondré la mejor intención en todo lo que haga. Cuidaré mi cuerpo. Cuidaré mi mente. Buenos libros. Charlas donde vaya y ya.
Este mes me calmo y seguro me suelta el diablo.
@luismunozd
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