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Anónima

Me estoy amando

07 de julio 2023.


Meilin y Abby caminaban conmigo, ellas de ida al gym y yo a terapia.


- A pesar de que ayer fue uno de los días emocionalmente más desafiantes para mí, hoy me siento mejor… y siento que no tendré de qué hablar con mi terapeuta Carlos.

- Meilin, riendo me dijo: No te preocupes, a penas él empiece a hacer preguntas, una ya empieza a llorar.


Las tres reímos a carcajadas, porque era verdad. Esta tristeza con la que luchamos día a día, a veces puede ser silenciosa, invisible, insonora, pero basta una sola pregunta para desarmarnos, bajar la guardia, dejar al corazón llover.



Y ahí estaba yo, frente a Carlos, llorando y tratando de respirar.


- Cuanta vergüenza me da llorar por una estupidez así, le dije.

El se paró y me dio unas hojas con mensajes:


"Romper el ciclo es el trabajo más importante que un ser humano puede hacer. Aquí está como puede verse romper el ciclo:

No me culparé de nuevo

No me culparé a mi misma por haber cometido errores. Me hablo a mí misma como un padre/madre con amor. Me recuerdo a mí misma que estoy a salvo y haciendo lo mejor que puedo.

Me perdono a mí misma

Me perdono a mí misma por lo que hice en modo supervivencia. Mi pasado no significa nada. Las decisiones y energía de hoy crean mi nuevo futuro.

Digo “No” cuando necesito

He sido condicionada a ser buena, fácil, cortés. Esto me llevó a traicionarme a mí misma en el pasado. Los limites mantienen mi salud emocional. Y digo no cuando sea que lo necesito.

No manejo la percepción

En la infancia, me volví “hiperventilante”. Consciente del humor de las personas, tonos, expresiones faciales, para mantenerme a salvo. Ya no tengo que preocuparme si las personas están enojadas conmigo o sobre analizar interacciones para sobrevivir.


El éxito es sobre cómo me siento

El éxito no es sobre mis logros externos. Es como me siento sobre mí misma. Tomo las mejores decisiones para mí misma, y para mi salud emocional.


Vuelvo a mi cuerpo

Por el trauma o sentirme abrumada, dejé mi cuerpo para protegerme a mi misma. He vivido en modo supervivencia. Vuelvo a mi cuerpo cada día a través de movimiento, al priorizar el descanso, sueño, bailar, cantar, y cualquier cosa que me saque de mi cabeza.


Renuncio

A personas dañadas que tienen miedo de dar porque están en modo supervivencia. Yo doy, regularmente, para sanar mis heridas. Doy mi energía, amabilidad, una sonrisa a un extraño, mi tiempo, regalos, o incluso financieramente si puedo."


Terminé de leer y mirándolo a los ojos dije:


-No se cómo dejar de culparme y no sé cómo dejar de sentir vergüenza. Siento que me quitaron lo más lindo de mi. Mi inocencia, mi dignidad. Me extraño a mí misma. No puedo confiar plenamente en las personas. Esa no soy yo. Mi fe está en crisis, mi fe en la humanidad, en el amor, en las personas. Me siento aterrada todo el tiempo, alerta. Estoy exhausta.


-No podemos controlar el accionar de los demás. No podemos controlar cuando van a traicionarnos – Me dijo, mirándome a los ojos y con mucha confianza y calma en su voz – Pero para volver a confiar no tenemos que empezar con los demás, puedes empezar aquí – me dijo, poniendo su mano en el corazónpuedes volver a confiar en ti misma, todo eso está dentro de ti. No tienes la culpa de nada de lo que te ha pasado.


-Tal vez si tengo la culpa por haber confiado de nuevo, por haber tirado todo mi esfuerzo al aire.


-Nunca tienes la culpa por haber sido traicionada – Me respondió con firmeza y calma – la vergüenza es un mecanismo de defensa muy poderoso, que nos mantiene desconectados de todo lo que tenemos que ver para sanar. Gastas toda tu energía en la vergüenza, en lugar de observar qué hay detrás de ella. Pero es como una piedra grande y pesada. No vas a poder alzarla de tirarla en un intento. Pero día a día, poco a poco, puedes moverla un poco más lejos de ti. No tienes la culpa de todo lo que te ha pasado, ni de haber confiado, no fuiste tu quien tomó las decision de traicionar.


-No merezco esto - le dije llorando


-Por favor, repítelo – me dijo con una sonrisa


-Con más firmeza, entre lagrimas respondí: No merezco esto.


-¿Lo sientes o son solo palabras?


-Lo siento con todo mi corazón.


-Muy bien, no dejes de repetirlo día a día, sobre todo cuando la vergüenza y la culpa aparezcan. No mereces esto.


Camino a casa me enfoqué en respirar y observar los árboles. Estar lo más presente posible. Un sentimiento inmenso de gratitud dibujó una leve pero poderosa sonrisa. Estoy tratando de recuperar lo que es sagrado para mí. Cuando amas sin condiciones, permites que las personas vivan en tu templo, compartes y entregas lo que para ti es sagrado. Mi templo está en llamas y no sé cómo apagar el fuego, conmigo dentro, siento como todo arde pero yo no termino de quemarme, mientras veo como todo se vuelve cenizas. Mi fe en el amor universal está en crisis. Cómo puedo volver a confiar si la persona en la que más he creído, que conoce mi vulnerabilidad en su máxima expresión, la persona con la que conocí el amor, incendió mi templo. Mi pulso se acelera, siento la ansiedad volver. Respiro largo profundo.

Pavan Gurú, repito en mi mente. Om. Om. Om.


Y escucho una voz en mi corazón, sensible y firme, que me dice:


Lo que es sagrado no se quema. Lo que es sagrado no arde. Lo que es sagrado permanece. No perece.


Estoy lista, me dije a mí misma, estoy lista para empezar a escribir el libro sobre mi vida. Todavía no tengo claro si será un proceso sanador y liberador, o un viaje al pasado innecesario. Lo único que tengo claro es que, esta voz de mi corazón tiene que ser transmitida en palabras, que permanezcan en el tiempo. Toda la sabiduría que la vida me regala a través de guías, circunstancias, desafíos, no puede quedarse solo conmigo. Nada de esto puede quedarse solo conmigo.


Crucé el puente de regreso a casa bajo la lluvia británica y con una lluvia de flashbacks de todos esos momentos felices y desafiantes que hoy me trajeron aquí. Respire largo y profundo.

-No voy a permitir que nadie me quite lo más lindo de mí misma. Voy a reivindicar mi reino, reconstruir mi templo, recuperar mi inocencia, y honrar mi dignidad. No soy el resultado de todas las cosas horrorosas que me han pasado, soy viento, soy agua, soy fuego, soy tierra, soy éter. Soy transformación, soy creación, soy amor. Soy fuerte. Estoy renaciendo, estoy transformando. Estoy amando.


Estoy amando.

Me estoy amando.


Autora anónima

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